En este momento no recuerdo haber tenido un desayuno triste en mi vida... por lo regular, los días de escuela me levanto, me baño y si me da tiempo, desayuno lo que haya a mi paso: una manzana, un yogurt, una barrita de cereal... ya que si mi ma se levanta, me tengo que tomar un delicioso licuadito de lo que sea (sin huevo, bleh!).
Los fines de semana por lo regular salgo a desayunar: los sábados unos molletitos de Sangrons, un desayuno continental de Vips, o unos waffles del Portón... y los domingos nos echamos algo ligerón porque mi abuelita seguramente prepará cualquier cosa sencillita como molito de olla, caldito de res, enchiladas rojas, chilacos con pollito, yomi yomi...
Pero bueno, el chiste es que me gusta tener desayunos felices porque creo firmemente que de eso depende tu estado de ánimo durante el día, además de que evita que te duela la cabecita... como sea, mañana (o sea, hoy en la tarde) iré a la firma de autógrafos y presentación del disco de Sad Breakfast, y espero salir de ahí muy pero muy feliz...
PD. Mis reflexiones del desayuno fueron por el comentario de mi amiga Ely en el post que hice en la Chilanga Banda
1 comentario:
creo que salimos bien, no del todo... yo queria otra cosa... jajajajaja no se pudo, ahi para la otra
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