Memoria de mis putas tristes

Hoy acompañé a la Ña a una entrevista de trabajo en la colonia Condesa. El plan original era que, como se desocuparía en media hora, nos iríamos a comprar el regalo de Valledor (¡Feliz Cumple Jimmy!), pero nel, la tuvieron dos horas en la oficina...

Mientras, yo esperaba en la calle, en la comodidad de una banca... gracias al cielo la Ña llevaba la última novela de Gabriel García Márquez: Memoria de mis putas tristes

El año de mis noventa años quise regalarme una noche de amor loco con una adolescente virgen. Me acordé de Rosa Cabarcas, la dueña de una casa clandestina que solía avisar a sus buenos clientes cuando tenía una novedad disponible. Nunca sucumbí a ésa ni a ninguna de sus muchas tentaciones obscenas, pero ella no creía en la pureza de mis principios. También la moral es un asunto de tiempo, decía, con una sonrisa maligna, ya lo verás.

¿Quién se puede resistir a este comienzo? Bastaron tres horas para que me sumergiera al mundo de este periodista, crítico de música y fogoso solterón que comienza hablando de su vida de casanova y nos lleva de la mano a través de la ola de emociones que tiene al experimentar el amor por primera vez a sus 90, nos confiesa la impotencia que siente al no ser querido, la nostalgia por los viejos tiempos y sin embargo, cree estar en la plentud de su vida...

Definitivo, García Márquez es mi escritor latinoamericano favorito... cada uno de sus libros me ha erizado los pelitos, y en realidad, después de un año de no leer nada de él, ya lo extrañaba, ya tenía ganas de leer un libro que me transportara de la manera en que sólo él lo sabe hacer... Les contaría más del libro, pero creo que vale mucho la pena que lo lean.

¡Ah! Algo super curioso fue que en mi espera me encontré caminando a Oscar Chavez, el cantautor mexicano que tiene el tema de Macondo, inspirado en el libro de Cien Años de Soledad, primera novela que lei de este colombiano bonachón.

Escuchando Austin TV / Les choses sont bizares